abril 23, 2012

Venciendo la timidez

Estaba leyendo un libro que me llamó mucho la atención ya que me relacioné en cierta forma, lo quise compartir... Hablaba que la timidez es un sentirse incómodo entre la gente, desconocidos, personas de autoridad o hasta los propios compañeros o amigos de uno. Por ejemplo, cuando le hablamos a alguien y no podemos mirarles a los ojos ¡¡y sofoca!!. Es un cohibirse que afecta de diversas maneras. Algunos se avergüenzan, bajan la cabeza  y no pueden hablar. A otros se les hace difícil hablar con franqueza y dar a conocer sus opiniones y preferencias. Y lo malo es que muchas veces la gente tiende a confundirlo con ser una persona orgullosa.

La timidez no describe lo que eres; describe tu comportamiento, tu reacción a ciertas situaciones, el modo de responder que has seguido y alimentado mediante experiencias con otros. ¿Tú crees que otros te juzgan mal, que no les caes bien?. ¿Crees que los demás son más normales que tú?. ¿Crees que no tendrás éxito si tratas de relacionarte con otras personas?. ¿Esperas malos resultados, y a menudo ocurre así?... porque estás tenso y actúas según lo que crees. Recuerda: "Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1: 6-7).

El retraernos y no hablar francamente, o estar tan preocupado con nosotros mismos que no prestamos atención a los demás, pudiera dar la impresión de orgullo o altivez, poco amigable, aburrido o hasta indiferente o ignorante. Por estar pensando en uno mismo, se hace difícil concentrarse en lo que se esté tratando, por eso se presta menos atención a la información se que recibe. Entonces, ocurre lo que más temes... dar la impresión de ser un odioso. En esencia, te has encerrado tras los muros de la timidez y no hallas escape de esa situación, todo por miedo de hablar con franqueza y expresarte. Te cuesta tener el gozo de conocer a otras personas y hacer nuevos amigos, o participar en actividades que enriquecerían tu vida. Pero los demás también salen perdiendo, nunca llegan a conocerte como verdaderamente eres.

Ten presente que no somos perfectos y busca siempre pensar de un modo edificante para tu vida. Muchas situaciones y problemas que se nos han presentado en la vida, nos obligan a caer en esta clase de sentimientos. Yo llego a ser una persona demasiado tímida y seria a veces, y algunos tienden a confundirlo en ocasiones tomándolo de otra forma, y ésta es una de las cosas que más le he pedido a Dios que me libre, porque no me he podido soltar de muchas cosas que en un pasado muy oscuro (que no es necesario revivir) me afectaron tanto. Y aún así le agradezco por tantas formas en que se ha glorificado en mi vida. Ése es el motivo de este articulo, para animar al que talvez esté pasando por lo mismo. Un compañero de la infancia que tengo en facebook compartió una vez en su estado: "Recuerda somos hijos del rey de reyes. Así que nunca bajes tu cabeza, tu corona podría caer" y es una frase muy sabia, y de la cual es necesario apoderarse.

"Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti". Isaías 60:1

¡Que Dios te siga bendiciendo!