Una de las cosas más poderosas en ésta vida es la fuerza que tiene el perdón. Un reproche, un resentimiento, o cualquier ofensa que no se perbone endurece el corazón hasta convertirlo en una roca insensible.. Conozco personas que han guardado ese veneno con tanta gente por muchos años. Su semblante, su voz, hasta la mera presencia de la persona denota esa dureza. Dios nos suple de una quimioterapia que se llama perdón.
Si el Dios de milagros es tu Señor, entonces Él sí puede sacar vida de donde sólo hay una amarga y árida roca de corazón. es un proceso incómodo y muchas veces doloroso, pero si quieres cambiar de una piel de piedra a una de carne, tienes que examinarte y enfrentar esas viejas o nuevas ofensas sin perdonar.
No te pierdas la segunda parte, si ésta te gustó la próxima te encantará!!!. Continuará...