febrero 03, 2011

La Biblia es una biblioteca. Para leer los libros de una biblioteca, uno no empieza con el primer estante, toma el primer libro, lo lee, continúa leyendo hasta finalizar con el último. De la misma manera, para leer toda la Biblia es preciso tener un plan de lecturas diarias que mantenga en perspectiva los acontecimientos y las profecías del antiguo testamento con el aspecto central de la revelación divina: Jesucristo.

¿Por qué leer toda la Biblia?


Vale la pena leer toda la Biblia porque “toda la Escritura es inspirada por Dios, [y] útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia’ (2 Ti. 3:16). En vista de que toda la Biblia es la palabra de Dios para nosotros, cada libro y cada capitulo tienen un mensaje digno de leer y entender. Aunque nunca podamos comprender todos los ministerios de la Palabra de Dios, debemos procurar encontrar el mensaje y la verdad de toda la Escritura, “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti. 3:17).

La Biblia revela la naturaleza de Dios en sus múltiples facetas. Necesitamos obtener una vista panorámica del poder, la ira, el amor, la misericordia, la inteligencia, la sabiduría, la piedad y la grandeza de Dios. De esta manera empezaremos a comprender que Él es el mismo “Yo soy” del libro de Éxodo, el “Yo soy” que también dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt.3:17). Leer toda la Biblia hace que descubramos lo maravilloso que es Dios, que nos habla y que ama al ser humano a quien creó. Como Cristo es Dios encarnado, el Nuevo Testamento debe ocupar un lugar prominente en nuestro plan de lectura bíblica. Al estudiar la profundidad y la majestuosidad de Dios tal como se revela en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, comenzamos a tener una idea mas clara de lo que Él desea en nuestra relación con otras personas y en nuestra relación con Él.

Leer toda la Biblia es un placer. Los distintos géneros literarios que en ella encontramos (poesía, historia, cánticos, proverbios y literatura sapiencial, profecías, cartas y literatura apocalíptica) ofrecen maravillas y deleite para el lector. Por otro lado, leer la Biblia no debe ser una rutina monótona ya que este libro es emocionante, cautivador, inspirador y hasta con toques de humor. Y cuando permitimos que el Espíritu Santo nos hable a través de la Palabra de Dios, nuestra lectura pasa de ser un simple deleite a transformar nuestra vida.


Sugerencias para leer toda la Biblia

La Biblia es buena lectura, pero además es la palabra inspirada de Dios. Así como el Espíritu Santo estuvo presente cuando se escribieron las Escrituras, también debe estar presente cuando leemos la Biblia. Es cierto que podemos leerla sin la guía del Espíritu Santo y no obstante aprender ciertas cosas Sin embargo, nunca encontraremos la clave de la verdad y la aplicación de la Palabra de Dios hasta tanto pidamos al Espíritu Santo que abra nuestras mentes y nos revele su verdad. Cada día, al comenzar a leer, oremos pidiendo que el Espíritu Santo de Dios nos ayude a entender lo que leemos y aplicarlo a nuestra vida.

Aparte un tiempo definido cada día para leer la Biblia. Lo ideal es al comenzar el día. Considere ese momento una cita con Dios y sea fiel a esa cita. No importa cómo se sienta, lea la Biblia todos los días. Ella siempre tiene un mensaje para quien lee.

Lea la Escritura poniendo toda su atención, sin dejarse apresurar por las limitaciones del tiempo que haya preferido. Sumérjase profundamente en la Palabra de Dios y deje que las personas, los acontecimientos y las enseñanzas se conviertan en algo vivo.

Utilice herramientas de ayuda, como por ejemplo comentarios, concordancias, diccionarios bíblicos y mapas. Estos materiales enriquecerán su estudio, pero no permita que ocupen el lugar que le corresponde a la Biblia.

No se preocupe si no entiende algunos pasajes. A veces al continuar leyendo o consultar materiales de ayuda, el panorama se aclara. Aun hoy en día los teólogos y otros eruditos siguen debatiendo el significado de ciertas declaraciones y eventos de la Biblia. Dependa del Espíritu Santo para que lo guié a un mejor y más profundo entendimiento de Dios y de su Palabra.

Tenga un cuaderno de notas o un diario de sus lecturas. Registre allí lo que lee y todas las observaciones y pensamientos que surjan durante la lectura. Escribir en sus propias palabras lo que ha leído, le ayudara a recordar la Palabra de Dios y aplicarla en su vida cotidiana.

¿Cómo leer toda la Biblia?

Como hemos mencionado, leer toda la Biblia comenzando en Génesis y terminando en Apocalipsis no es el mejor método. De esta forma llevara un largo tiempo llegar a la vida y el ministerio de Jesucristo en los Evangelios. Una lectura equilibrada requiere que leamos el Antiguo y el Nuevo Testamento. Aquí ofrecemos cinco maneras de leer toda la Biblia.

1. Coloque un marcador en tres lugares de la Biblia: Génesis, Job y Mateo. Leyendo un capitulo por día de cada uno de esas secciones, usted leerá una vez el Antiguo Testamento y dos veces el Nuevo en unos 18 meses.

2. Lea un capitulo de la Biblia por día, y habrá leído toda la Biblia en 3 años y 3 meses.

3. Lea 3 capítulos de la Biblia de lunes a sábado y 5 capítulos los domingos, y habrá completado la lectura de la Biblia en menos de un año.

4. En enero y febrero lea desde Génesis a Deuteronomio. En Marzo y Abril lea todo el Nuevo Testamento. En Mayo y Junio, lea de Josué hasta Ester. En Julio y agosto, desde Job hasta Cantares. En septiembre y octubre, lea otra vez todo el nuevo testamento. En noviembre y diciembre, desde Isaías hasta Malaquías.

5. El plan de lecturas bíblicas semanales que se halla al final de esta sección, le dirá como leer en un año todo el Antiguo Testamento una vez y el Nuevo Testamento dos veces.


Lea la Biblia durante toda su vida

La lectura y el estudio de la Palabra de Dios es una tarea de toda la vida. Una vez que usted haya leído toda la Escritura, vuelva a leerla, tal vez una versión distinta y optando por otro plan de lectura.

Use siempre un cuaderno de notas o un diario para poder comparar notas y observaciones al leer de nuevo un libro de la Biblia en particular. Cada vez que usted vuelva a leer la Palabra de Dios, surgen nuevas y relevantes verdades.
Esta Biblia que tiene en sus manos tiene la respuesta para el pasado, el presente y el futuro de la humanidad. Es una fuente de sabiduría e instrucción divina inagotables. Beba diariamente de esa fuente y encontrara dirección y propósito para su vida.

¿No tienes una Biblia? No te preocupes nosotros te ofreceremos dos versiones para descargar gratuitamente en tu PC.


Versión Reina Valera 1909

Versión Reina Valera 1960

Plan de lectura bíblica de 52 Semanas, cada numero representa una semana.

  • 1. En la primer semana puedes leer Génesis 1-26
  • 2. En la segunda semana puedes leer Génesis 27-50
  • 3. Mateo
  • 4. Marcos
  • 5. Éxodo 1-21
  • 6. Éxodo 22-40
  • 7. Lucas
  • 8. Juan
  • 9. Levítico
  • 10. Hechos
  • 11. Números 1-18
  • 12. Números 19-36
  • 13. Romanos; Galatas
  • 14. 1 y 2 Corintios
  • 15. Deuteronomio 1-17
  • 16. Deuteronomio 18-34
  • 17. Efesios; Filipenses; Colosenses; 1 y 2 Tesalonicenses; 1 y 2 Timoteo; Tito; Flemón
  • 18. Hebreos; Santiago; 1 y 2 Pedro
  • 19. Josué
  • 20. 1,2 y 3 Juan; Judas; Apocalipsis
  • 21. Jueces; Rut
  • 22. Job 1-31
  • 23. Job 32-42; Eclesiastés; Cantares
  • 24. 1 Samuel
  • 25. 2 Samuel
  • 26. Salmos 1-50
  • 27. 1 Reyes
  • 28. 2 reyes
  • 29. Salmos 51-100
  • 30. 1 Crónicas
  • 31. 2 Crónicas
  • 32. Salmos 101-150
  • 33. Esdras; Nehemias; Ester
  • 34. Proverbios
  • 35. Mateo
  • 36. Isaías 1-35
  • 37. Isaías 36-66
  • 38. Marcos
  • 39. Lucas
  • 40. Jeremías 1-29
  • 41. Jeremías 30-52; Lamentaciones
  • 42. Juan
  • 43. Hechos
  • 44. Ezequiel 1-24
  • 45. Ezequiel 25-48
  • 46. Romanos; Galatas
  • 47. 1 y 2 Corinitos
  • 48. Daniel; Óseas; Joel; Amos
  • 49. Efesios; Filipenses; Colosenses; 1 y 2 Tesalonicenses; 1 2 Timoteo; Tito; Flemón
  • 50. Abdias; Jonás; Miqueas; Nahum: Habacuc; Sofonias; Hageo, Zacarías; Malaquias
  • 51. Hebreos; Santiago; 1 y 2 Pedro
  • 52. 1, 2, y 3 Juan; Judas; Apocalipsis

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